No se recordaba desde la década de los ochenta tanto interés en que dé inicio la nueva temporada con los Celtics de Boston, Heat de Miami y Magic de Orlando como los grandes favoritos a luchar por el título de la Conferencia Este de la NBA, que van a defender los primeros.
A diferencia de lo que sucedía en la década de los noventa con Michael Jordan y los Bulls como el equipo a batir, no sólo en el Este, sino también en la liga, la llegada de la nueva temporada tiene a tres equipos con serias aspiraciones a luchar por el título de liga.
Pero antes tendrán que definir entre ellos al campeón de la Conferencia Este, cuyo título está en poder de los Celtics, que llegan con más promedio de años en su plantilla, pero con mayor calidad tras las adquisiciones del veterano Shaquille O’Neal, Jermaine O’Neal y Delonte West.
Los Celtics, que se quedaron a seis minutos de haber conseguido su decimoctavo título el pasado junio cuando perdieron el séptimo partido de las Finales de la NBA ante Los Ángeles Lakers serán de nuevo el equipo a batir en el Este. Mientras que la reunión histórica de tres jugadores franquicia con el Heat después del fichaje de los aleros LeBron James y Chris Bosh para unirse al escolta Dwyane Wade han convertido al equipo de Miami en la gran atracción, novedad y también candidato a luchar por en anillo de campeones de la NBA.
Tampoco han perdido potencial de serio aspirante a estar en las Finales, el Magic de Orlando, que con el pívot Dwight Howard, el escolta Vince Carter y el base Jameer Nelson, mantienen el mismo potencial de equipo ganador que quiere volver a las Finales de la NBA.
Pero son los Celtics los que piensan que han hecho mejor las cosas para seguir siendo el equipo a batir en la Conferencia Este al conseguir los jugadores ideales para su objetivo, sin importar la edad.
En vez de reducir salarios y ahorrar para fichar a James, como lo hicieron muchos de sus rivales en la Conferencia del Este, los Celtics formaron una plantilla que les permitió disputar dos Finales de la NBA en tres temporadas, al margen de conseguir su 17 decimoséptimo título de campeón.
El entrenador de los Celtics, Doc Rivers, es consciente que lo sucedido ante los Lakers en el séptimo partido de las pasadas Finales de la NBA no será algo fácil, desde el punto de vista sicológico.
“No se puede olvidar, ojalá pudiésemos”, admitió Rivers, que mañana martes tendrá ya la primera prueba de fuego cuando los Celtics abran la temporada contra James y el Heat. “Tenemos que superar todo esto otra vez para sólo volver (a la final), un objetivo muy difícil, pero es nuestro desafío”.
James dejó a los Cavaliers de Cleveland por el Heat y al margen de toda la polémica y de haberse generado la nueva “Jamesmanía”, que en el apartado económico puede generar hasta 2.700 millones de dólares en la actividad económica del Sur de Florida, el efecto deportivo es el que habrá que comprobar en el campo.
De ahí, que los Celtics se reforzaron con O’Neal y West, ex compañeros de James, que llegaron a un equipo que tenía a Rajon Rondo y al trío de Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen.
“Este equipo no tiene techo y a nosotros nos corresponde cumplir con cada objetivo que nos fijemos”, declaró O’Neal. “Lo único que puede interponerse a jugadores como Kevin y yo es la edad.
Nadie más lo puede parar, y nadie a mí”. Jermaine O’Neal, ex jugador del Heat, también podrá servir de ayuda mientras Boston espera la recuperación del pívot Kendrick Perkins tras la operación en la rodilla derecha a la que se sometió luego de lesionarse en las Finales.
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