Menos de 48 horas después que Bobby Cox puso fin a su carrera como manager, los Bravos de Atlanta presentaron ayer miércoles al cubano Fredi González como su sucesor.
El anuncio hecho el miércoles era esperado desde que González fue despedido en junio como piloto de los Marlins de la Florida Cox había adelantado desde hace más de un año que esta iba a ser su última campaña y su ciclo de dos décadas culminó el lunes con una derrota ante San Francisco en la serie de primera ronda por los playoffs de la Liga Nacional.
Luego que Cox dio una rueda de prensa de despedida en el Turner Field, los Bravos presentaron de inmediato a González con su predecesor a su lado. Sin duda se trató de una transición tersa.
“Todo salió perfecto para nosotros en muchos niveles”, dijo el gerente general Frank Wren. González fue el coach de tercera base con Cox, del 2003 al 2006. En 2007 asumió como dirigente de los Marlins, un puesto que ocupó durante tres años y medio.
Tuvo una foja de 276-279 con los Marlins, uno de los equipos con la nómina más modesta de las Grandes Ligas.
Cuando Cox anunció que ésta sería su última campaña, los Bravos consideraron de inmediato que González sería su candidato principal a sucederlo, pese a que estaba dirigiendo otro equipo.
“Estuvo en nuestro radar desde antes de que se encontrara disponible”, dijo Wren.
“Pensamos que podía llegar un momento en que tendríamos que pedir a los Marlins de Florida el permiso de hablar con su manager. Pensamos realmente que Fredi era el mejor candidato para nosotros”.
El 23 de junio, los Marlins despidieron a González, un mes después de que marginó al paracorto dominicano Hanley Ramírez al considerar que no jugaba con la debida energía. Muchos consideran que esa decisión enfureció al propietario de Florida, Jeffrey Loria.
González dijo que nunca pensó que su decisión alcanzara semejantes proporciones, costándole quizás su empleo pero generando elogios por parte de otras personas en las Grandes Ligas.
“Así crecí yo”, dijo. “Conozco la forma en que debe jugarse a la pelota. Si no haces algo (con un jugador) vas a perder a los otros 24. Para mí fue muy fácil hacer eso”.
A comienzos de julio, Wren invitó a González, ya desempleado, a una cabaña en el oriente de Alabama, para conversar durante una jornada.
Unos días después, el presidente del equipo John Schuerholz se reunió con González.
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